¿El trabajo de un "influencer" es representar una marca?
No son reporteros, ni artistas, ni deportistas de élite, ni personas que salvan vidas… Por no ser, no son ni personajes célebres, ni son amigos tuyos, puesto que, probablemente jamás los hayas visto en persona. No obstante, sigues su contenido, ya bien porque te sientas identificado con sus publicaciones o a causa de su capacidad creativa, es decir, el contenido que publican se contrasta, marca la diferencia entre el resto de incontables personas que, cada segundo lanzan su contenido a las redes sociales.
En los últimos años, el mundo digital ha llevado a los “influencers” al éxito. Los “influencers”, son personas entusiasmadas en diferentes ámbitos, por esa razón optan por distribuir en las redes sociales su propia perspectiva sobre aquello que les apasiona. En relación a ello, les convierte en especialistas en su propio contenido, siendo capaces de marcar tendencia y generar una influencia en la opinión de sus seguidores, es decir, ser líderes de opinión.
Debido a la gran influencia de estas personas, el consumidor tiende más a creer a los “influencers” que a las propias marcas. Puesto que las recomendaciones, comparaciones o opiniones de los "influencers" determinan mucho más nuestra decisión sobre una compra. Por lo tanto, las marcas han tenido que transformar las técnicas de “marketing” y publicidad, adaptándose al mundo virtual. Por esa razón, las marcas recurren a la imagen de los famosos, para que se asocie la marca a la figura del “influencer”. Las marcas suelen obsequiar mediante sus productos, invitándolos a eventos asombrosos o con viajes a las partes más extraordinarias del planeta para obtener su reconocimiento. Sin embargo, también suelen pagarles altas cantidades de dinero, a la altura de figuras representativas en el mundo del espectáculo.
Por lo tanto, ¿ser “influencer” es un trabajo o simplemente una afición? Parece impresionante, pero miles de personas viven del dinero que cobran gracias a la publicidad en el entorno de las redes sociales. Y en relación a ello, la RAE define trabajo como “esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital”, por esa razón, ser “influencer” sí debería estar reconocido como un trabajo. No obstante, la gran mayoría de “influencers” surgen naturalmente a partir de sus intereses personales, publicando lo que realmente les gusta. En consecuencia a ello, muchas personas dentro de nuestras sociedad aún no considera a un "influencer" como una profesión.
En lo que respecta al “influencer” más allá de ser una imagen para las marcas, también transmiten valores, cultura… y muchos otros enseñan gran cantidad de cosas. Los “influencers” como la propia palabra indica, generan una cierta influencia sobre otras personas, sobre todo en aquellas personas las cuales su identidad aún no está forjada del todo, como pueden ser niños o adolescentes. Los “influencers” deben ir con mucho cuidado sobre qué transmiten a su público, ya que muchos de sus espectadores actuarán del mismo modo que ellos, en cierto modo puede resultar positivo en cuanto a valores, aprendizaje, etc. Pero por otro lado, transmitirán su opinión, es decir, su forma de ver las cosas, y inevitablemente, si lo que comunican son ideas machistas, racistas, faltas de respeto, etc. automáticamente su audiencia lo más probable es que pase a pensar del mismo modo y no favorece nada al avance de la sociedad.
En definitiva, los "influencers" gracias a su éxito en las redes sociales cuentan con cierta credibilidad sobre algún tema en concreto. Por lo cual su influencia puede llegar a convertirse en un referente para una marca, por esa razón no deja de ser un negocio.