"Lo que dejé por ti" (Rafael Alberti) y "A un infant mort en un bombardeig" (Jos
Los poemas de esta semana se han escogido para hacer una aclamación hacia otra persona. Rafael Alberti expresa aquello que una persona ha tenido que perder para no dejar a su amada. En cambio, Josep Janés i Olivé expresa la muerte de un niño querido en un bombardeo. ¿De verdad que son maravillosas? Leedlas y lo descubriréis.
Castellano
Lo que dejé por ti (Rafael Alberti)
Dejé por ti mis bosques, mi perdida arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida, un resplandor de fuegos no apagados, dejé mi sombra en los desesperados ojos sangrantes de la despedida. Dejé palomas tristes junto a un río, caballos sobre el sol de las arenas, dejé de oler la mar, dejé de verte. Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte.
Catalán
A un infant mort en un bombardeig (Josep Janés i Olivé)
Els teus braços immòbils són un vol de bandera,
i la rosa esfullada del teu cos és un crit
de sang més que un silenci... No serà primavera,
mai més, en ta mirada, però al cor de la nit
feta d'ulls que s'apaguen a la llum, vers on clama
la veu nostra, la torxa del teu cos - que ja és llum
i ja és foc - durà l'alba d'un crit nu fet de flama
i de pètals sagnosos de martiri. Ni fum
ni silenci, ni boira velaran la nuesa
dels teus ulls, que es glaçaren en un gest sense adéu.
De quin somni et prengueren? De quin món de dolcesa?
Tot el cel que miraves era viu dintre teu
com és viu en el rostre i en els ulls dels que es donen
a la mar... Quines rutes t'esperaven, infant?
Davant teu ja són blanques totes elles, i es fonen
amb el somni d'un somni: el teu cel, on no hi han
ales tristes i on l'alba no duu orgies de roses
que s'esfullen enceses i sagnants. I on reposes...
(Traducción: A un niño muerto en un bombardeo)
Tus brazos inmóviles son un vuelo de bandera,
y la rosa deshojada de tu cuerpo es un grito
de sangre más que un silencio... No será primavera,
nunca más, en tu mirada, pero en el corazón de la noche
hecha de ojos que se apagan a la luz, al lado de donde clama
la voz nuestra, la antorcha de tu cuerpo - que ya es luz
y ya es fuego - llevará el alba de un grito desnudo hecho de llama
y de pétalos ensangrentados de martirio. Ni humo
ni silencio, ni niebla velarán la desnudez
de tus ojos, que se helaron en un gesto sin adiós.
¿De qué somni te tomaron? ¿De qué mundo de dulzura?
Todo el cielo que mirabas estaba vivo dentro de ti
como está vivo en el rostro y en los ojos de los que se dan
a la mar... ¿Qué rutas te esperaban, niño?
Delante de ti ya son blancas todas ellas, y se funden
con el sueño de un sueño: tu cielo, donde no hay
alas tristes y donde el alba no lleva orgías de rosas
que se deshojan encendidas y ensangrentadas. Y donde reposas...
Traducción: Jorge de la Fuente