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"Frankenstein o el moderno Prometeo" es la plasmación de la bondad y la maldad del ser hum

El título de este emblemático libro, seguramente, os resulta familiar debido a que se ha convertido en una de las novelas más representativas del siglo XIX y, además, está considerada como una de las obras cumbres de la literatura del terror.


Frankenstein o el moderno Prometeo se empezó a escribir en 1816, en Ginebra, cuando a un par de amigos y a la misma autora se les ocurrió escribir cada uno, por separado, su propia historia de terror. Aquello fue una fantástica idea para evitar el aburrimiento y el mal tiempo exterior. No obstante, el tiempo mejoró inesperadamente y sus amigos dejaron de hacer sus historias para explorar los Alpes suizos. La obra de Mary fue la única que se finalizó y, por lo tanto, la única que se publicó. De aquella divulgación se ha hecho un clásico indudable que este año ha celebrado su 200º aniversario.


Victor Frankenstein es un hombre de Ginebra que estudia filosofía de la naturaleza en la universidad de Ingolstadt. Allí, en medio de sus estudios, se siente atraído a la idea de crear vida mediante restos de animales inertes.


Es una noche lluviosa y el cielo relampaguea en el momento que Victor está en su laboratorio. Él junta restos de vísceras y de partes del cuerpo animales con el objetivo de alcanzar un avance en el campo del conocimiento.


En esta noche del mes de noviembre, a pesar de que la luz de la habitación es tenue, Victor ve como su experimento coge resultado. Una criatura dada a la existencia por él, fea y horrenda, abre los ojos, respira y se empieza a mover. Se queda atónito, la creación de este monstruo de proporciones gigantescas está cumplida. Sin embargo, preso del terror y del horror, Victor sale del laboratorio para irse a su habitación.


Con el cuerpo incorporado en su cama, intenta descansar. Consigue dormirse pero su sueño está poblado de pesadillas. Se siente horrorizado ante la invención de esta bestia sobrenatural. Todas las esperanzas que lo emprendieron a hacer un progreso en el ámbito científico, se esfuman. Lo único que consigue percibir son remordimientos en este momento.


Victor no quiere saber nada del ser abominable que lo llama “padre”. Sólo siente odio y repulsión delante de su presencia. El monstruo le intenta convencer para que lo acepte como si fuese un hijo suyo; sin embargo, la lucha de perspectivas entre el creador y su creación provocará el manifiesto entre lo bueno y lo malo que puede generar el ser humano.


Esta novela sobresale del género de terror convencional debido a que no muestra una sangrienta historia como en el resto de libros de la misma clase, sino que es una reflexión profunda acerca de los sentimientos que podemos tener los seres humanos. Un monstruo resignado a vivir en soledad, con grandes cualidades capaz de mostrar, pero el rechazo de la sociedad y del mismo Frankenstein le hizo sacar lo peor de él: unas ansias de venganza contra su propio “padre”, pretendiendo que Victor acabe sufriendo la cruda melancolía que padece él. Para lograrlo, recurrirá a perseguirle continuamente y al asesinato de sus seres queridos, de tal manera que su creador sufra su misma angustia y tristeza.


Como conclusión, se ha de especificar que Frankenstein o el moderno Prometeo es una novela fantástica, tanto por la forma en que está escrita como en el reflejo de los pensamientos de Victor y del monstruo, que ha obtenido su fama de una forma justa y merecedora. Increíble obra de Mary Shelley que ha conseguido, gracias a su talento, un renombre verdaderamente ganado.


Dando fin a este artículo, os voy a dejar unas frases célebres del libro:


“Cuando esté exultante por el éxito, no tendré a nadie con quien compartir mi alegría; si el abatimiento me embarga, no habrá quien intente sacarme de mi melancolía. Siempre puedo confiar mis pensamientos al papel, por supuesto, pero ése es un pobre medio para comunicar los sentimientos. Deseo la compañía de una persona que piense como yo y que me comprenda sin necesidad de palabras. Puede que pienses, querida hermana, que soy un romántico, pero siento profundamente la falta de un amigo.”


“Me hace mucha falta un amigo con la sensibilidad suficiente como para no despreciarme por ser un soñador.”


“¿Acaso el hombre podía ser tan poderoso, tan virtuoso y magnífico, y al mismo tiempo tan despiadado y malvado? En un momento parecía ser la misma encarnación del principio del mal y, al momento siguiente todo lo que hay de noble y divino. Ser un hombre grande y virtuoso parecía ser el mayor honor que podía acaecerle a un hombre sensible.”


“¡Qué extraña naturaleza la del conocimiento! Una vez que ha atrapado la mente, se agarra a ella como un liquen sobre la roca”.


“¡Maldito creador! ¿Por qué creaste un monstruo tan horrible que hasta vos mismo le disteis la espalda con repulsión? Dios, en su compasión, hizo al hombre hermoso y atractivo, a su imagen y semejanza. Pero mi cuerpo no es sino una obscena imitación del vuestro, más horrible todavía por este parecido. Satán tenía a sus compañeros, otros diablos que lo admiraban y lo animaban, pero yo estoy solo y soy detestado”.


“La vida del viajero incluye muchas penurias entre todos sus gozos. Los sentimientos del viajero están en permanente cambio; y en cuando comienza a descansar, se ve obligado a abandonar aquello que le produce placer por algo nuevo que atrae su atención y que abandonará a su vez por otra novedad”.



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