"Si el hombre pudiera decir lo que ama" (Luis Cernuda) y "Les teves mans" (Joan
Las poesías de esta semana están centradas en un tema: el amor. Luis Cernuda explica la necesidad de querer decir lo que se siente. En cambio, Joan Brossa compara las manos de su amada con las emociones que siente hacia ella. Leed los dos poemas y disfrutad de la expresión del amor lírico.
Castellano
Si el hombre pudiese decir lo que ama (Luis Cernuda)
Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Catalán
Les teves mans (Joan Brossa)
Embolcallen amb vels goig i tristesa.
Són sostre d'una xarxa de perfum,
són els ventalls, amor, del meu costum
i serveixen d'espasa a la sorpresa.
M'agraden quan alegen entre el fum
o quan remouen brins de senzillesa;
les teves mans són alegria encesa
i fulles d'un pomer al clar de la llum.
Castellets de l'amor. Flames de ploma.
Són banderetes del teu parlar. Són
i toquen sense pes, clares d'un món
que tu modules des dels teus Bagdads.
Respires per les mans, amor. Són poma
i estel saboner quan renten els plats.
(Traducción: Tus manos)
Envuelven con velos gozo y tristeza.
Son techo de una red de perfume,
son los abanicos, amor, de mi costumbre
y sirven de espada a la sorpresa.
Me gustan cuando alegan entre el humo
o cuando remueven hebras de sencillez;
tus manos son alegría encendida
y hojas de un manzano al claro de la luz.
Castilletes del amor. Llamas de pluma.
Son banderitas de tu hablar. Son
y tocan sin peso, claras de un mundo
que tú modulas desde tus Bagdads.
Respiras por las manos, amor. Son manzana
y estrella jabonera cuando limpian los platos.
Traducción: Jorge de la Fuente