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"Vida retirada" (Fray Luis de León) y "Cap al tard" (Joan Alcover)

Las poesías de esta semana son para representar la necesidad de vivir de forma sencilla, según Fray Luis de León, y para representar los sentimientos frustrados del autor en forma de árbol, según Joan Alcover. ¿Estáis de acuerdo de que la sencillez es la mejor clave para llegar a la felicidad? ¿Os habéis sentido identificados alguna vez con el poema de Joan Alcover? Leed las dos poesías y adentraos en ellas. Disfrutad todos los amantes del género lírico.



Castellano


Vida retirada (Fray Luis de León)


¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!

Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.

No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas y mortal cuidado?

¡Oh campo, oh monte, oh río! ¡oh secreto seguro deleitoso! roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestüoso.

Un no rompido sueño, Un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo de quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves con su cantar suave no aprendido, no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas sin testigo libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego sosegada el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de 'verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido que del oro y del cetro pone olvido.

Ténganse su tesoro los que de un flaco leño se confían: no es mío ver el lloro de los que desconfían cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna, al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me baste, y la vajilla de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando en sed insaciable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce acordado del plectro sabiamente meneado.

Catalán

Cap al tard (Joan Alcover)

Jo só l'esqueix d'un arbre, esponerós ahir,

que als segadors feia ombra a l'hora de la sesta;

mes branques una a una va rompre la tempesta,

i el llamp fins a la terra ma soca mig-partí.

Brots de migrades fulles coronen el bocí

obert i sens entranyes que de la soca resta;

cremar he vist ma llenya; com fumerol de fesa,

al cel he vist anar-se'n la millor part de mi.

I l'amargor de viure xucla ma rel esclava,

i sent brostar les fulles i sent pujar la saba,

i m'aida a esperar l'hora de caure un sol de conhort.

Cada ferida mostra la pèrdua d'una branca:

sens jo, res parlaria de la meitat que em manca;

jo visc sols per plànyer lo que de mi s'és mort.

(Traducción: Al atardecer)

Yo soy el esqueje de un árbol, lozano ayer,

que a los segadores hacía sombra a la hora de la siesta;

mis ramas una a una rompieron la tormenta,

y el rayo hasta la tierra mi tronco medio partido.

Brotes de migradas hojas coronan el pedazo

abierto y sin entrañas que del tronco restante;

quemar he visto mi leña; como humareda de hendida,

al cielo he visto irse la mejor parte de mí.

Y la amargura de ver chucla mi raíz esclava,

y sintiendo brotar las hojas y sintiendo subir la savia,

y me ayuda a esperar la hora de caer un sol de consuelo.

Cada herida muestra la pérdida de una rama:

sin mí, nada hablaría de la mitad que me falta;

yo vivo solo para lamentar lo que de mí se está muerto.

Traducción: Jorge de la Fuente


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