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"La fuente" (Rubén Darío) y "Potser ets l'ombra rient i fugitiva" (Carles Ri

Las poesías de esta semana hablan de dos temas: el amor y la tentación a hacer el mal frente a las circunstancias que no lo podemos evitar. ¿A que son maravillosas? Leed las dos poesías y reflexionad. Seguro que os gustarán.


Castellano


La fuente (Rubén Darío)

Joven, te ofrezco el don de esta copa de plata para que un día puedas colmar la sed ardiente, la sed que con su fuego más que la muerte mata. Mas debes abrevarte tan sólo en una fuente,

otra agua que la suya tendrá que serte ingrata, busca su oculto origen en la gruta viviente donde la interna música de su cristal desata, junto al árbol que llora y la roca que siente.

Guíete el misterioso eco de su murmullo, asciende por los riscos ásperos del orgullo, baja por la constancia y desciende al abismo

cuya entrada sombría guardan siete panteras: son los Siete Pecados las siete bestias fieras. Llena la copa y bebe: la fuente está en ti mismo.

Catalán

Potser només ets l'ombra rient i fugitiva (Carles Riba)


Potser només ets l'ombra rient i fugitiva

d'un desig obstinat a habitar dins la ment,

i t'he cenyit entorn amb carn de pensament

i amb sang de mes batalles t'he fet encesa i viva.

Amor, potser el suau sospirar que de tu

ve a mi, és tan sols la folla ressonança

d'aquell desig fet música, i és, damunt ta semblança,

ma pròpia joia el sol que s'hi atura i lluu.

No hi fa res: jo t'hauré amat carnal i eterna;

fugirà l'ombra, mes ja el meu únic destí

serà allò meu que no mor, que morirà amb mi,

-que tu sola, oh Amor, hauràs pogut saber-ne.

(Traducción: Quizá solo eres la sombra risueña y fugitiva)

Quizá solo eres la sombra risueña y fugitiva

de un deseo obstinado a habitar dentro de la mente,

y te he ceñido entorno con carne de pensamiento

y con sangre de mis batallas te he hecho encendida y viva.

Amor, quizás el suave suspirar que de ti

viene a mí, es tan solo la loca resonancia

de aquel deseo hecho música, y es, encima de tu parecer,

mi propia joya el sol que se para y reluce.

No hace nada: yo te habré amado carnal y eterna;

huirá la sombra, pero ya mi único destino

será aquello mío que no muere, que morirá conmigo,

-que tú sola, oh Amor, habrás podido saberlo.

Traducción: Jorge de la Fuente


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