"Titanic", un amor que cambió toda una vida
“Si saltas tú salto yo” es una de las frases que representan esta película dirigida en 1997 por James Cameron. Veinte años acaba de cumplir un clásico de tres horas que ha emocionado al público de la gran pantalla. Justamente hoy es el vigésimo aniversario de su estreno en el cine. Ganadora de 11 Oscars, es más, ninguna película ha obtenido un número mayor de premios en la gala más importante del séptimo arte que esta.
Una mujer centenaria llamada Rose DeWitt Butaker estaba en su casa haciendo utensilios artesanales de barro mientras que, mediante la televisión, oye lo siguiente: un equipo de expedición estaba estudiando los restos del Titanic y estaban informando de un importante hallazgo. Tras abrir la caja fuerte de uno de los camarotes del barco, encuentran una hoja en que estaba dibujado en lápiz el retrato de una hermosa mujer recostada y desnuda. Lucía un diamante de un valor incalculable como colgante. Era una joya que se remontaba a los tiempos de Luis XVI y era conocido como “El corazón de la mar”.
Rose se sorprendió al ver el retrato que Jack Dawson le hizo al bordo del Titanic. Llamó al equipo de exploradores y les confesó que ella era la mujer del dibujo. Se reunió con ellos y decidió contarles su conmovedora historia.
Rose DeWitt Butaker zarpó en 1912 al bordo del Titanic, en primera clase, con su madre Ruth y su prometido Caleron Hockey, a quien realmente no amaba. Ruth insistía en que se casara con él por dinero, pero ocurrirá un suceso inesperado.
Tras el paso de varias peripencias, Rose se enamora de Jack, un pasajero de tercera clase que ganó su pasaje con una mano al Poker y su gran pasión es el dibujo. Ruth no verá con buenos ojos esta relación y Caleron menos todavía. Todo el destino será determinado por un simple factor: la inundación del Titanic tras el choque con un iceberg.
Esta película es una asombrosa obra, perfecta del inicio al final en todo tipo de detalles: la reconstrucción del barco a tamaño real, el grandísimo papel de Leonardo Dicaprio y de Kate Winslet y el reflejo de la tragedia.
La banda sonora se adentra totalmente en el alma de Rose. James Horner hizo que la historia tuviera más significado con sus impresionantes piezas musicales, especialmente con “Rose” y “Hynn to the sea”.
Además, Titanic tiene una canción convertida en un clásico. Compuesta por James Horner y cantada por Rose Dion. En la película no aparece, debido a que James Cameron consideró que su película tenía una calidad tan alta que no era imprescindible tener una canción. Una canción al desagrado de gran parte del equipo técnico de Titanic, incluso Kate Winslet admitió que “le daban ganas de vomitar” cada vez que la escuchaba. No obstante, esa canción conmovió a millones de espectadores y ganó el Oscar a la mejor canción, igual que su música ganó el premio Oscar a la mejor banda sonora.
Como conclusión, esta película es muy recomendable para todos los amantes del cine emotivo. Una verdadera historia de amor cuyo telón es el hundimiento del barco más famoso de todos los tiempos y gran merecedora de todos sus premios. Un clásico que perdura en la mente de muchos espectadores y que emocionó a muchos que la vieron.
Para finalizar, os añado una fotografía impactante de la película y podréis leer algunas de sus frases célebres.
Rose y Jack luchan por sobrevivir tras el hundimiento del Titanic. Están flotando en medio del Atlántico y corren el riesgo de morir de hipotermia.
“Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder”.
“Esperar a vivir, esperar a morir... esperar una absolución que nunca llegaría”.
“Exteriormente era todo lo que una jovencita bien educada debía ser, pero mi interior gritaba en rebeldía”.
“La vida es un juego de azar”.
“Era el barco de los sueños para todos los demás, para mí, era un barco de esclavos, regresándome a los Estados Unidos en cadenas”.
“La vida es un don y no quiero desperdiciarla. No se sabe qué mano tendría después. Se aprende a tomar la vida como viene. Para hacer que cada día cuente”.
“Olvídalo chico. Tienes tantas posibilidades de acercarte a ella como de que un ángel se te aparezca y te toque con su gracia”.
“Me sentía como si estuviera al borde de un precipicio, sin nadie que me ayudara a no caer”.